22 abril, 2010

Carlos Moreno Medina: La Poesía Sepultada


A mi padre en su primer aniversario luctuoso


Al terminar de leer unos esbozos de poemas en el Colegio de Bachilleres de Yucatán en el plantel Kanasín cuando en forma inesperada me llego un mensaje anunciando que mi padre había muerto, en los últimos versos de los Heraldos Negros de César Vallejo comprendí, por primera vez, la potencia de los golpes tan fuertes que anunciaban los bárbaros Atilas, cuyo andar es regido con paso fúnebre.

En la orfandad desesperada e inesperada, recordé el Taller de Literatura Yucateca impartido por el poeta Raúl Cáceres Carenzo, el cual me llevo de la mano para conocer a los escritores yucatecos sumergidos en el olvido. Así, en medio del luto y el hallazgo de un filón literario, al menos para mí, descubrí al poeta Carlos Moreno Medina.

Con una vida marcada por las carencias económicas, el alcoholismo y la literatura enredada en cada aspecto de su existencia, me solidarice con él, en muchas formas me recordaba a mi padre, quitando lo último, parecía que releía los 30 años que pasamos juntos, el hambre y las casas austeras en extremo, el rechinar de dientes al momento de pasar junto a las grandes mansiones. Al superar la interiorización de su biografía, descubrí que sus textos aún guardan un poder demoledor, un dolor tan humano, convertido en metáfora hiriente.

Los aportes literarios de Moreno Medina son perceptibles a primera vista, sus versos construidos a través de la modernidad y la naciente soledad del ser humano en un mundo diferente, en una ciudad que iniciaba su proceso de expansión hacia los cuatro puntos cardinales, con sus avenidas devorando el horizonte hasta convertir a Mérida en un bloque de concreto.

Sin embargo, su trabajo se ha diluido con el paso de los años, recordado únicamente por los conocedores de las letras yucatecas, sólo a través de aquel taller tuve conocimiento de su trabajo. Con el dolor y la pérdida amenazando con devorar mis bordes, leí su poema A Flor de Angustia, en el comprendí que “la vida descansa sobre la flor de la espuma”, y su fragilidad es la única verdad que evadimos.

Es por eso, que es necesario difundir y analizar los aportes que hizo el poeta yucateco a la literatura, y con ese objetivo como meta, la Red Literaria del Sureste-Nuestra América en coordinación con el Instituto de Cultura de Yucatán realizará la mesa denominada “Recordando al Poeta Carlos Moreno Medina”, en la cual se presentará una semblanza de su vida y obra, entre los participantes estarán Jorge Cortés Ancona, subdirector de Literatura del ICY, Rodrigo E. Ordóñez Sosa y el escritor Marco Antonio Rodríguez Murrillo, en el auditorio de la Biblioteca Manuel Cepeda Peraza éste martes 16 de marzo a las 19:30 horas.

La Red Literaria del Sureste decidió recordarlo para evitar que su obra poética continúe sepultada en el olvido, para evitar que la metáfora del frío, que tanto odiaba el autor, continúe apagando su voz, ya que su trabajo, descubierto y recomendado por José Revueltas hace varios años atrás, representa una nueva cara de la poesía, es un canto que redescubre no sólo las diferentes etapas del espíritu humano, sino de nuestra tierra.

El homenaje al poeta me obliga a regresar nuevamente a mi librero, para revisar los últimos autores que me han acompañado a lo largo del año, ahí Carlos Moreno Medina me recuerda, a través de sus versos, que el olvido es una presencia deshojada en la geometría del tiempo, columpiándose en la nostalgia, anhelando encontrar un modo de infiltrarse y borrar los últimos pasos que dio mí padre, para brindarle noche y cuerpo a la pena.


Publicado en el Periodico Por Esto! y en Revolución con Letras

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