26 junio, 2009

LUCIO CABAÑAS, EN EL JUICIO DE LA MEMORIA

La memoria es un paseo ininterrumpido entre nuestros deseos y los acontecimientos narrados. También, es la inmortalidad convertida en oralidad que multiplica y esparce en todas las fronteras un símbolo y su mensaje. A través de ella caminan los sucesos que nos impactan.
Un documental de la memoria, de sus juicios y los recuerdos de quienes vivieron de primera mano la guerrilla en las décadas de 1960 y 1970 es La Guerrilla y la Esperanza: Lucio Cabañas. El director Gerardo Tort reconstruye la lucha armada usando la memoria como herramienta, filtrando el reclamo de los campesinos del Estado de Guerrero, asolados por el hambre, la miseria y la muerte.

Dejando de lado las pretensiones biográficas y la rigidez del método científico, Tort rehace la figura de Lucio Cabañas enhilando los fragmentos de la memoria colectiva de ex guerrilleros, compañeros de armas, simpatizantes, familiares y sobrevivientes. Ubica esos relatos cronológica y políticamente con las entrevistas de Armando Bartra y Carlos Montemayor.
Con las remembranzas de los protagonistas, construye una historia polifónica que enmarca el sentido humano del maestro y guerrillero Lucio Cabañas Barrientos. Abarca su nacimiento e infancia en El Porvenir el 15 de mayo de 1939, sus estudios, sus primeros encuentros con la política, sus proyectos de reforma educativa, hasta su asesinato a manos de los militares el 2 de diciembre de 1974, en la selva cafetalera El Otatal.
Las entrevistas hechas incluyen a los familiares de Lucio Cabañas, al historiador Armando Bartra, al escritor Carlos Montemayor, a los integrantes de las Brigadas de Ajusticiamiento, una entrevista rescatada del entonces senador de la República y candidato a la gubernatura del Estado de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa, secuestrado por la guerrilla para financiar su movimiento. Además, hay relatos de los integrantes del Partido de los Pobres, de Fernando Ulloa —de la Liga Comunista Espartaco— y a miembros del Movimiento Revolucionario del Magisterio.
Después de un trabajo de campo en Guerrero, los realizadores dejan fluir la memoria colectiva para enfrentarla entre sus diferentes narradores y crean un punto de discusión entre los protagonistas, ya que es un debate honesto y un análisis forjado durante 35 años de meditación. Exponen con honestidad los alcances del movimiento y sus errores. Sobre todo, ofrecen una visión humana del principal culpable de la muerte de Cabañas: la delación.
Los entrevistados evitan presentar la delación como un concepto abstracto, cargado de repudio o condena histórica, la exponen como una herramienta utilizada para cercar y destruir a la guerrilla. Los delatores no son acusados, los guerrilleros saben que los soldados quebraban a los campesinos secuestrando a sus familiares, asesinando a sus parientes para que confesaran, que delatar era la única forma de sacar a los militares de la comunidad, porque mientras estaban ahí asesinaban, violaban y acababan con la escasa comida que tenían.
Todas las conversaciones están adornadas con imágenes de los principales movimientos de la época, fotos y recortes periodísticos. Mostrando los encabezados en los medios de comunicación, el documental expone la campaña de difamación que emprendió el Gobierno, quien acusó a los guerrilleros de ladrones. En contraparte, es de recordar que una cobertura objetiva acerca de la lucha armada provino de la revista Por qué?
En medio de los recuerdos que delinean la vida de un hombre asesinado por combatir el hambre y la miseria de los trabajadores del campo, aparecen 650 incógnitas. Al final de la cinta vemos las últimas entrevistas. Con rencor y el llanto en la quijada, los familiares de los 650 detenidos y desaparecidos en la Guerra Sucia exigen conocer su paradero, si están vivos o muertos. A 35 años de distancia, la pregunta permanece en el aire: ¿dónde están?
Publicado en Por Esto! 23 de junio de 2009

No hay comentarios:

contador

Licencia

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.