03 enero, 2009

EL ASESINO DEL TORSO

El papel en blanco es un reto para escritores y dibujantes al plasmar sus ideas, sobre todo para los novelistas gráficos. Contadas veces fusionan las viñetas con la palabra en el cómic, debido a la visión diferente de argumentistas y artistas visuales. Sin embargo, hay excepciones como es el caso de Torso. El descuartizador de Cleveland.

Editado por Planeta D’Agustini, la novela revolucionó la estética del cómic tradicional, involucrando al lector en la historia y la confusión de los protagonistas mientras desentrañan el misterio planteado en el argumento.

Torso es una investigación novelada de una historia real del primer asesino en serie registrado en Estados Unidos, quien operó en Cleveland, Estados Unidos a mediados de 1930. Sus 12 víctimas aparecieron desmembradas con precisión anatómica, cuyas cabezas, manos y pies fueron removidos para imposibilitar la identificación de los cadáveres.

Escrito y dibujado por Brian Michael Bendis con la colaboración de Marc Andreyko en el guión, el cómic narra la llegada de Eliot Ness al puesto de Director de Seguridad Pública de Cleveland, quien era famoso aún por capturar a Al Capone junto con sus “Intocables” en Chicago. Paralelamente a la crónica de Ness, esta la perspectiva de los detectives Myrlo y Simón, asignados a descubrir y capturar al Asesino del Torso.

Para crear un efecto de película antigua, la novela fue diseñada en blanco y negro, otorgando mayor predominio a éste último como continuación de la incertidumbre y la desesperación por capturar al asesino. Aunado a lo anterior, la otra innovación consistió en revolucionar la estructura de las viñetas y construir un efecto visual de acuerdo a las sensaciones que narran los protagonistas.

Así, el lector debe seguir las viñetas sin el tradicional movimiento de Z que hace la cabeza para leer el cómic, sino que hay páginas negras ocupadas por un solo dibujo blanco, hay cuadros que obligan a girar el libro 360 grados para leerlo, debido a los dibujos en espiral, imágenes detenidas al momento de la acción así como simulaciones de fotografías de la época.

El escritor británico Alan Moore inició con From Hell el cómic del género negro con bases científicas, encaminado a ofrecer a los lectores su hipótesis de la identidad de Jack el Destripador. Tomando los aportes de su predecesor, Bendis retomó las bases de esa obra para construir su relato con argumentos científicos y ofrecer una explicación objetiva de los hechos ocurridos y comprobar su hipótesis.

Con Torso, los autores usaron como técnica la narración en primera persona, con lo cual los lectores se introducen al universo mental de los protagonistas, para conocer sus dudas, miedos y sentimientos. Con ese recurso literario, tenemos garantizado un asiento en primera fila durante la batalla política y mediática que enfrentó Eliot Ness.

Así como Gabriel García Márquez profundiza en el lado humano del general Simón Bolivar al narrar sus últimos meses de vida, Bendis humaniza el mito de Eliot Ness al plantear una verdad olvidada: su incapacidad para capturar al primer asesino en serie y, como consecuencia, su debacle como funcionario público.

La novela gráfica utiliza al máximo los recursos de la narrativa para explorar las posibilidades que ofrece el papel en blanco. Rompió con la tradición de las viñetas y el formato norteamericano de cómic, debido a la necesidad de cubrir cada aspecto de la historia y envolver al lector con el principio de Aristóteles: la veracidad. Un principio aplicado en el texto, obligando al lector a quebrar su inmovilidad mental y física así como empujarlo a navegar en las verdades ocultas detrás de los mitos y héroes que sostienen una cultura popular, y entender qué nos hace humanos.


Publicado en Por Esto! el 2 de enero de 2009

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